HISTORIA DE LA EMPRESA
El matrimonio Marrello, estaba compuesto por Doménico Marrello y Rosa Naccarato, vivían en un bello y tranquilo pueblito llamado Paterno Cálabro y que estaba enclavado en la montaña, entre cerros de abundante vegetación, en la Provincia de Cosenza, Región de la Calabria, al sur de Italia.
Allí, nacen cinco de los nueve hijos del matrimonio: Carolina, María, Pascualina, Angela y Saverio (Severo), hasta ese momento el único hijo varón.
Eran los tiempos en que italianos, españoles, árabes y demás razas, suspiraban por venir a la Argentina, entonces el granero del mundo y tierra de grandes oportunidades.
Doménico y Rosa no fueron ajenos a esta corriente migratoria y a fines del siglo XIX se embarcaron en el vapor “La France”, que zarpó desde el puerto de Nápoles con destino a la Argentina, arribando al puerto de Buenos Aires el 12 de enero de 1900. una vez en suelo argentino partieron hacia la Provincia de Mendoza, lugar donde se afincarían para siempre y donde nacerían los otros cuatro hijos del matrimonio Marrello: Salvador, Vicente, Pedro y Cristina.
Saverio Marrello (Severo, para la legislación argentina), nacido un 14 de Enero de 1899 en Paterno Cálabro, llega a la Argentina al cumplir su primer año de edad. En sus primeros años, a la par de formarse en la escuela, fue creciendo con una visible inquietud por conocer los metales, por descubrir sus secretos y por darles forma. Tanto es así que siendo muy joven, aprende el oficio metalúrgico guiado por su cuñado Antonio Guzzo, un prestigioso artesano hojalatero, quien estaba casado con su hermana María.
Con la experiencia adquirida y conforme pasaban los años, comienza a forjar la idea de tener una empresa propia, la que gestaría en los difíciles tiempos de la Primer Guerra Mundial.
Funda en 1919 “LA INDUSTRIAL” (Taller de Hojalatería y Plomería), iniciando así, su actividad empresarial, pionera en la industria mendocina, y lo hace en sociedad con otro cuñado suyo, el Sr. Eduardo Sosa.
Comienzan la actividad en un predio ubicado en calle Colón 330 de la Capital mendocina, posteriormente se trasladan a calle San Martín 520/528, frente al actual Comando de Ejército, lugar en el cual permanecen como “Casa Marrello y Sosa”.
Inquietos e innovadores, luego de numerosas pruebas y ensayos, Severo y Eduardo patentan en la Unión Comercial e Industrial bajo el N° 31738 el “Calentador de agua para baño”. Constituyéndose en inventores del famoso: “Calefón a leña”. Por estos trabajos reciben en el año 1932, en la Exposición Nacional de Industria y Comercio, el PRIMER Premio y Medalla de Oro” por la presentación del Calentador de Agua; como así también por sus trabajos de hojalatería en general”, según reza el texto del Diploma.
La sociedad que durante casi tres décadas compartieron Marrello y Sosa se disuelve en el año 1948, año en que don Eduardo Sosa se desvincula de la Empresa, la que continuará con Severo Marrello como único propietario.
Mientras tanto un 1° de Enero de 1925 nace Domingo Marrello, fruto de la unión de Severo y Ramona Messina, luego la familia se completa con Francisco y Severo Mario. Domingo creció bajo la atenta mirada de su madre en el estudio y aprendiendo el oficio de la mano de su padre; el cual abrazó con idéntica pasión.
En 1949 se incorpora Domingo Marrello a la firma, haciéndose cargo de la misma. Su inquietud y juventud lo llevan a marcar un hito muy relevante, hasta impensado, al introducir la zinguería a nivel industrial en la Provincia de Mendoza, convirtiendo la empresa familiar en una de las primeras fábricas del rubro en el interior del país.
Lo que era en sus principios un trabajo muy artesanal comienza a transformarse en líneas de producción para la fabricación en serie de nuestros productos.
Fue una visión innovadora y una acción muy oportuna para consolidar el camino recorrido por Don Severo Marrello, pero por sobre todo para sentar las bases de un estilo y una marca que comenzaría a ser cada vez más reconocida en todo el ámbito provincial y nacional.
En los años ’70 se incorpora Pedro Mario, hijo menor de Domingo, quien junto a su padre, unidos por un inquebrantable vínculo familiar, comienzan a diseñar el camino hacia los tiempos de la globalización. Tanto es así que la empresa cobra nuevo impulso y se comienza a anexar y fabricar nuevos productos.
Los ‘80s encuentran a la empresa en plena expansión, por lo que en 1986 se construye e inaugura la nueva planta en calle Jujuy 449 de la Ciudad Capital, bajo el nombre de Industrias Marrello.
En los años 90 con una visión totalmente superadora y vanguardista se renueva la maquinaria instalada adquiriendo nuevos equipos y también importando tecnología europea y estadounidense, optimizando de este modo el funcionamiento fabril, con el fin de satisfacer la creciente demanda.
La globalización encontró a la empresa sólida, bien posicionada y preparada para afrontar los desafíos que las nuevas estrategias globales imponían a los mercados.
Conforme pasaron los años y continuando con la sana tradición familiar, que lleva ya cuatro generaciones en la industria mendocina, se incorporaron Franco y Renzo, hijos de Pedro, ambos exitosos profesionales. ingresan a la compañía con el nacimiento del nuevo milenio, aportando nuevas ideas y energía renovada.
Sin pausa, la empresa continuó con la incorporación de nuevo equipamiento con tecnología de punta, lo que permite elaborar productos de primera calidad y brindar nuevos y mejores servicios a nuestros clientes.
Cabe destacar que estas atinadas acciones generaron más puestos de trabajo.
La actualidad muestra una fábrica centenaria en constante evolución, ampliando sus instalaciones con la inauguración de dos nuevas plantas contiguas que han dado paso a la creación de nuevas divisiones como son las de “Corte y Plegado” y “Servicio de Corte Láser”, ambas secciones cuentan con maquinaria de última generación para brindar un servicio de excelencia.
A lo antedicho sumamos una fuerte presencia en las redes y el lanzamiento de la Página Web, la que tendrá incorporadas muchas novedades, desde allí podrán informarse acerca de nuestros productos, sumando mayor comodidad para nuestros clientes.
En su centenaria trayectoria, la firma supo acompañar todos los cambios acontecidos en el país, esto debido a una política de mente abierta, de expansionismo, de reinversión de las utilidades, lo que se ve reflejado en la incorporación de maquinaria de vanguardia, en la renovación edilicia permanente, en la apertura de nuevos mercados y en el lanzamiento de nuevos productos. Todo esto focalizados en brindar mejores experiencias a nuestros clientes y también a todos quienes integran esta gran familia de Industrias Marrello, tal como nos legara nuestro fundador.
Esfuerzo, perseverancia, confianza, innovación y reconocimiento al personal, es la fórmula ideal que se ha mantenido a través del tiempo y que ha entregado el mejor resultado, dimensionando la figura de la empresa y la imagen familiar de la misma.
Una imagen familiar que se ha mantenido inalterable desde su fundación, sustentada también por pilares como el respeto por el medio ambiente y la comunidad, la seriedad, de cumplimiento, de honestidad y responsabilidad centenaria al servicio de nuestros clientes. Cuidar y poner en práctica estos valores han hecho del apellido MARRELLO una marca líder e indiscutible de la zinguería en todo el país.
Nuestra historia nos llena de orgullo, el presente nos encuentra comprometidos con mejorar cada día más para alcanzar la excelencia y el futuro nos plantea nuevos desafíos para continuar marcando la diferencia en el mercado, preservando así el histórico legado familiar para las próximas generaciones.